La luz natural es el tipo de iluminación más económica y más saludable de la que podemos disfrutar. El sol como fuente de energía nos permite, poder hacer uso de ella. En interiores, necesitamos disponer de espacios, donde la luz natural pueda penetrar, bien a través de ventanas, puertas, mamparas o claraboyas.
No todos los interiores disponen de la posibilidad de tener espacios donde la luz natural penetre. En las oficinas es muy común que una parte de los espacios puedan disfrutar durante largas horas de la luz natural y otros necesitar de la luz artificial durante todas las horas de la jornada de trabajo.
Sabemos que la luz natural mejora la calidad de vida, aumenta la productividad y supone un ahorro económico. Pero no podemos contar con ella para todo y durante todo el tiempo.
El invierno, con menos horas de luz solar, la climatología adversa, la distancia del lugar físico del trabajo respecto a la fuente de luz (ventana, balcón…), o la imposibilidad de tener luz natural, por las características propias de la oficina o edificio, hacen que esta resulte insuficiente.
Otro de los motivos, es la necesidad de reemplazarla por luz artificial, bien porque su incidencia directa molesta, o no es la más adecuada para el tipo de trabajo que se debe de desarrollar.
Iluminación artificial en la oficina
La luz natural, junto a la iluminación artificial, forman un tándem perfecto si esta última está bien colocada. Los puntos de luz situados de manera estratégica, el tono e intensidad adecuada y la distancia correcta, son medidas que se deben tomar para que esta incida de manera perfecta.
Hoy en día son muchas las oficinas que cuentan con una combinación de espacios abiertos y cerrados. En los abiertos la sensación de amplitud y claridad, ya viene dada porque suelen ser espacios más grandes, sin tabiques y más dinámicos.
No obstante, ambos necesitan de la iluminación artificial. Un espacio sin luz natural o con poca luz, pueden tener la misma o incluso mucha más luminosidad, claridad, confort y beneficios que los que tienen luz natural. Esto es posible gracias a los avances tecnológicos en luminotecnia, y que se aplican hoy en día a la producción de luz artificial. Además, con la luz artificial es posible controlar la dirección, temperatura de color, potencia lumínica, intensidad, apagado y encendido…
Puntos de iluminación en oficinas
La iluminación debe formar parte del diseño de una oficina desde el principio, tener en cuenta de que manera se puede integrar la natural y el resto de iluminación, para que quede totalmente integrada y adaptada a las necesidades de las personas y del trabajo a realizar.
Cada espacio necesita puntos de iluminación distintos, para acertar en su distribución lo mejor es contar con un proyecto de iluminación. Los proyectos de iluminación tienen en cuenta los factores medioambientales, técnicos, estéticos y funcionales. Con ello no solo consiguen los objetivos para que haya una correcta iluminación, también una reducción del consumo energético.
La norma UNE-EN 12464-1:2012 en España, establece los valores requeridos para los distintos parámetros técnicos de iluminación. Estos se aplicarán dependiendo del tipo de actividad que se lleve a cabo en un local: el nivel de iluminación en un local (Em), medido en luxes, el índice de deslumbramiento unificado (UGRL), la uniformidad (Uo) y el índice de reproducción cromática (Ra). En los proyectos de iluminación se tienen en cuenta la aplicación de los valores mínimos exigidos en la iluminación de las oficinas.
Iluminación de las oficinas actuales
Una vez distribuidos los puntos de luz, así como la tonalidad y el nivel deseado, es el momento de elegir el tipo de luminarias. En el mercado existen infinidad de modelos tanto de pie, de mesa como de techo. También habrá que elegir entre los distintos tipos de luz: tubo fluorescente, lámparas de descarga, o lo más reciente, como es la luz compacta o LED.
Las luces LED no son una moda, su bajo consumo, mayor eficiencia energética y un encendido inmediato, unido a poder elegir entre distintas tonalidades e intensidad de luz, las convierte en las preferidas, ya que además cumplen criterios de sostenibilidad. Una iluminación correcta que mantenga el equilibrio perfecto entre luz cálida y luz fría, proporcionará bienestar y un buen confort visual.
Existen distintos tipos de iluminación, las más comunes en una oficina son:
- Iluminación general: Sirve para iluminar grandes zonas mejorando y potenciando la luz natural.
- Iluminación natural: En todas las áreas, siempre que sea posible, sobre todo en las de trabajo.
- Iluminación ambiental: Para salas de espera, recepción, descanso.
- Iluminación de acento: Para acentuar algún objeto de decoración o algún punto en concreto.
- Iluminación puntual o focal: Facilita realizar tareas que requieran mayor concentración y una visión precisa.
- Iluminación de exposición y decorativa: Con ella podemos crear ambientes personalizados donde el diseño y la estética van de la mano.
- Iluminación funcional: Se utilizan como señalización para remarcar áreas concretas, sirven de guía en zonas de paso, se utilizan más en exteriores, jardines, aparcamientos…
Para la iluminación de todos los espacios que conforman una oficina, ya sea grande o pequeña, se pueden emplear todos o algunos tipos de iluminación y hacerlo con distintos tipos de luminarias. Existen muchos modelos, tamaños, colores y acabados.
Las más empleadas son, apliques, paneles, plafones, tubos y tiras LED, balizas, downlights (focos empotrables), lineales, lámparas de sobremesa, de techo… la elección de una u otra no se debe dejar al azar, una buena planificación junto al cumplimiento de las normas del nivel de iluminación, son aspectos necesarios a la hora de crear un buen proyecto de iluminación.
En Decoroffice Studio trabajamos con las mejores marcas de luminaria para oficinas. Su constante innovación nos permite ofrecer productos de calidad para la iluminación técnica y decorativa de todos nuestros clientes.